El objetivo de este proyecto radica en atacar la violencia desde su origen en lugar de sus consecuencias, produciendo mejoras de la calidad de vida de los habitantes de asentamientos espontáneos en Caracas. La violencia siempre se ve desde la perspectiva de la víctima, pero nunca desde la perspectiva del perpetrador, ¿qué sucesos deben ocurrir para que una persona decida que la violencia es el camino a seguir?
Buscando respuesta a esta pregunta, se realizó un análisis en profundidad de “Y Salimos a Matar Gente” un estudio sociológico escrito por el Padre Alejandro Moreno en el cuál las historias de vida de catorce criminales son publicadas y analizadas desde la perspectiva psicológica y sociológica. Al trazar los elementos comunes de estas historias fue posible determinar el ciclo de la violencia, el cual expresa seis etapas en sus vidas que finalmente los llevaron a la violencia como medio de vida.
Como respuesta a este ciclo, se consolidaron una serie de estrategias diseñadas para atacar las tres fases iniciales del ciclo de la violencia, distribuidas en cuatro categorías por cuatro escalas de intervención, mejorando las condiciones de seguridad alimentaria, movilidad, recreación y atención a la niñez en asentamientos espontáneos. Por último, se demuestra la teoría a través de tres intervenciones en la Cota 905 diseñadas para funcionar como una red de espacio público capaz de ayudar al desarrollo saludable de los niños en sus tres fases de desarrollo y unir a la comunidad alrededor de la crianza como actividad colectiva. Este tipo de intervenciones mostrarán sus resultados en 30 años, pero serán resultados sostenibles en el tiempo a diferencia de las estrategias defensivas actualmente utilizadas para combatir la violencia. Los niños no nacen criminales, se hacen a través de condiciones de desigualdad y marginalización que como sociedad somos responsables de corregir.
Palabras Clave: Niñez, Ciudad, Seguridad, Derechos, Justicia Espacial, Violencia Urbana